El farolito que llevan en procesión es el mismo que llevaban los monjes cartujos cuando salían de las celdas para asistir a los funerales de algún miembro de su congregación. Se siguen fabricando artesanalmente en Porreres.
Los fundadores de esta cofradía se inspiraron en la figura de San Bruno, fundador de la orden de los cartujos, basándose en su espíritu austero y en su seriedad, huyendo en todo momento del lujo y vistosidad de otras cofradías.
